¿Cómo resumir dos semanas de actividad ministerial intensa en Uganda?
La primera semana estuvimos alojados en JCUM Kampala y nos enfocamos sobre todo en trabajo con niños. Fuimos dos días al barrio marginal de Katwe donde hicimos lo que pudimos con más de cien niños allí. Organizamos bailes, canciones y juegos, trayendo alegría por unas horas a estos pequeños.
También pudimos orar por varias personas y vimos como Dios las sanó, como en el caso de la niña que bautizamos como Cenicienta. Puedes leer su historia aquí.
En nuestra segunda visita a Katwe, preguntamos si había gente enferma para poder orar por ella y nos hicieron pasar a una casa humilde. Allí había una mujer tumbada en el suelo. Nada más verla, Andrea se dio cuenta que tenía quemaduras recientes en gran parte de su cuerpo.
Enseguida sacó el botiquín, puso guantes quirúrgicos y empezó a limpiar las heridas y curarlas, poniendo encima gasas y vendajes con la ayuda de otras chicas del equipo. No fue lo que esperábamos hacer allí, pero se presentó la oportunidad y fue otra manera de mostrar compasión.
Ministerio con niños
En otras ocasiones fuimos a trabajar con los niños de dos iglesias, Bethsaida y Jerusalén. Enseguida cogimos confianza con ellos y nos sorprendió la facilidad que tenían estos chicos por aprender no solo los juegos sino incluso algunas palabras en español y mensajes de la Biblia en inglés. Su entusiasmo era contagioso y estaban siempre dispuestos a participar e incluso salir al frente para dirigir algunas actividades.
Dos chicas adolescentes compartieron con nosotros sus sueños: una quería ser vendedora de coches, que en un país donde tener coche es un lujo, no es cualquier cosa; la otra quería ser médico. Ambas tenían la ilusión de viajar a Europa en busca de sus sueños. Nos pidieron oración no solo por ellas mismas sino también por sus familias. Una de las chicas había perdido a su padre recientemente y estaba afectando a toda la familia, sobre todo a su madre.
Mercy for Life
Nos pusimos en contacto con una misión llamada Mercy for Life y fuimos a visitar su centro. Enseguida nos sentíamos como en casa. Nos llevaron por el barrio donde están ubicados y pudimos orar por varias personas por sanidad y diferentes problemas que tenían. Participamos en la celebración de un cumpleaños de uno de los niños, jugamos y cantamos con ellos, hasta nos enseñaron una canción que se convirtió en nuestro lema; la cantábamos por donde íbamos: Sois bendecidos: You are blessed, you are blessed, you are blessed.
Visita a la cárcel
Otro día Mercy for Life nos llevó a la cárcel de Kigo y llevamos algunos suministros de primera necesidad para los prisioneros. Allí pudimos hacer un teatro y compartir un testimonio antes de orar por los prisioneros. En la cárcel de mujeres, una de ellas, católica, fue impactada por el testimonio de una estudiante, también católica, y decidió reconciliarse con Dios allí mismo.
Fue una semana bien aprovechada donde además aprendimos realmente a trabajar como equipo.
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